Siempre que he pasado por el Puente de San Pablo o he estado en el Mirador de Florencio Cañas (Ya os he hablado de ellos en otras entradas del blog) siempre me ha llamado la atención los dos arcos que hay justo debajo del mirador del aparcamiento del Barrio del Castillo de Cuenca: ¿Será el acueducto de Cuenca? ¿Tenemos de eso también? Pues sí, también.
Hace ya muchos años de enterarme yo de la noticia que en Cuenca hasta tenemos acueducto, y ya me puse a preguntar, y a mirar en la biblioteca municipal a ver qué averiguaba sobre el tema. La entrada trata sobre un trozo de acueducto en Cuenca, por donde se va a visitarlo y de paso os vamos a enseñar un sitio que tiene una de las mejores panorámicas de la ciudad de Cuenca: El Hocino de Federico Muelas.
El acueducto de Cuenca: Agua para la ciudad.
El problema que la ciudad tenía para tener abastecida de agua a sus ciudadanos era grande: Estar entre dos hoces no era lo más idóneo para traer el agua. Además la ciudad estaba en unos de los momentos de mayor explendor. Cuenca alcanzaba los 16.000 habitantes en el Siglo XVI.
Por eso, en 1509 se pone una solución: Traer el agua desde el cercano manantial de La Cueva del Fraile hasta la ciudad, por medio de unas canalizaciones desde el susodicho manantial hasta el barrio del Castillo de Cuenca, que es la parte más alta de la ciudad.
Pues en el año antes citado, comienzan las obras para la traída de aguas a Cuenca, fue una obra de ingenieria muy curiosa y costosa , ya que tuvieron que pasar las canalizaciones por toda la Hoz del Huecar hasta llegar al Barrio del Castillo, y una vez allí distribuir las aguas hacia la ciudad, almacenándose el agua en pequeños depósitos o aljibes repartidos por la parte alta de Cuenca. Se sabe que en el siglo XIX todavía se usaba esta canalización para traer agua a la ciudad.
Todavía podemos ver esas canalizaciones excavadas en las paredes de la Hoz del Huecar y justo antes de llegar a la ciudad un pequeño trozo de acueducto que todavía se sostiene.
Comencemos esta bonita ruta por Cuenca
Para ver bien toda esta obra os recomiendo que hagáis una pequeña ruta que comienza justo en el Puente de San Pablo, en la Hoz del Huécar. En vez de ir a la izquierda, hacia las Casas Colgadas, nos vamos a ir hacia la derecha y en vez de seguir la carretera asfaltada hacia la parte baja de la ciudad nos vamos a ir por un camino de tierra que sale un poco más la derecha del puente y que sube hasta el acueducto de Cuenca y el Hocino de Federico Muelas.
El camino está bien señalizado y protegido. En él os vais a encontrar con unas vistas insólitas a la hoz del Río Huécar. Un paseo muy agradable que os va a conducir, primero hasta el Hocino de Federico Muelas y luego a los restos del acueducto de Cuenca. Está un poco empinado el recorrido, ¡Pero vosotros podéis seguro!
El Hocino de Federico Muelas: Un lugar privilegiado en Cuenca.
Después de deleitarnos con las vistas, el camino nos lleva al Hocino de Federico Muelas, un gran poeta conquense, (bueno, a lo que queda del hocino).
Una vez llegado al hocino (es como se le llama a las casas construidas en el entorno de una hoz) paraos otra vez a contemplar el paisaje y descubrid la fuente de inspiración tan grande que Federico muelas tenía para escribir sus poemas.
El hocino está en ruinas (una pena) y si hacéis este paseo os daréis cuenta que no está todo lo transitable que debería. A mi humilde opinión, el hocino de Federico Muelas sería un enclave ideal para hacer un pequeño centro de interpretación de la Hoz del Huecar, se que ahora no hay dinero para nada y que es de propiedad privada,pero Cuenca vive del turismo y esto sería otro recurso más para engrandecer el rico patrimonio que tiene la ciudad, pero bueno, seguiré soñando.
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Llegamos a los restos del Acueducto de Cuenca: Un lugar secreto y desconocido para muchos
Si andamos un poco más y giramos a la izquierda, nos vamos a encontrar con un camino estrecho, limitado a la izquierda, primero por cipreses y despues por los precipicios de la Hoz del Húecar. a la derecha, ya podemos observar las canalizaciones escavadas en la roca para traer el agua a la ciudad y si andamos un poco más nos encontraremos con dos de los tres arcos que quedan del acueducto de Cuenca.
Uno de los dos arcos, se ha convertido en puerta, si lo cruzais, justo a la derecha hay unos escalones de piedra muy deteriorados, si los subís, os encontraréis con un paso muy estrecho (tened cuidado) que os llevarán a ver muy de cerca las antiguas canalizaciones excavadas en la roca y un rincón muy pintoresco de la Hoz del Huécar con vistas al casco antiguo de la ciudad. Eso si, ¡Con mucho cuidado! ¡Es un poco peligroso!
Una vez hayáis disfrutado de este secreto mirador de Cuenca, no volváis a cruzar el arco del acueducto; subid por las descuidadas escaleras de piedra, os conduciran al barrio del Castillo. Allí concluye esta ruta, tomándonos algo fresquito en los muchos bares que hay por allí. Un buen lugar para comer e ir de tapas por Cuenca, como ya os he contado en otra entrada del blog.
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Hay mucho que ver en Cuenca: ¡Más de lo que os imagináis.
Y es que Cuenca no solo son las Casas Colgadas y su Catedral. ¡Hay mucho por descubrir! Esta ruta la hacen algunos conquenses para darse un paseo, pero os aseguro que algunos conquenses no saben de la existencia de este acueducto. Lamentablemente está un poco descuidado el camino, pero merece la pena llegar a este rincón secreto de Cuenca.
Pues nada, Si os dar por venir a visitar Cuenca y queréis hacer una ruta distinta, os animo a que bajéis al trozo de acueducto y contempléis las maravillosas vistas. Espero que os haya gustado esta pequeña curiosidad que encierra esta maravillosa ciudad. Hasta pronto.