Leyendas de Cuenca V: La fuente de los suspiros.

Las leyendas de Cuenca son muy variadas, pero tengo que reconocer que cuando se desarrollan en un lugar concreto del casco antiguo de Cuenca se suelen poner más interesantes.

Es el caso de la historía de este post, que ocurre en uno de los lugares más bonitos y más misteriosos de la ciudad: El entorno de la ermita de la Virgen de las Angustias.

En este lugar ya os he contado la leyenda de la cruz del Diablo en otra entrada del blog. Hoy toca otra historia que se desarrolla en este lugar, concretamente en una fuente que hay en la plazoleta de la ermita.

La Fuente de la Ermita de las Angustias:

Me acuerdo en mi adolescencia que la gente decía que si bebías tres sorbos seguidos de esa fuente encontrabas novia, sinceramente, yo lo hice muchas veces y no me comí un “colín” (que le vamos a hacer…), pero lo que yo no sabía era la existencia de una historia mucho más inquietante y misteriosa de esa fuente, que algunas personas en Cuenca la llaman “La Fuente de los Supiros

Antes de comenzar el relato os dejo un vídeo donde podéis ver como es la fuente:

 

La Leyenda de la Fuente de los Suspiros de Cuenca

La historia se desarrolla a principios del Siglo XVII, un momento en que Cuenca tenía problemas de convivencia y orden público, y para atajar estas se empezó a aplicar partes del Fuero de Cuenca que hace siglos no se utilizaban, como castigar ciertos delitos con pena de muerte, concretamente los condenados eran despeñados desde lo alto de las rocas que rodean la ermita y la plazoleta de la Virgen de las Angustias.

Comienza nuestra Historia

Era finales de Octubre, el día de todos los Santos se acercaba. Era otoño, pero ese año no hacía frío y los atardeceres eran muy agradables para pasarlos en uno de los muchos rincones del casco antiguo de Cuenca.

Por eso Pedro, un joven de la ciudad, había quedado en la calle Pilares (ahora Severo Catalina) con su novia Lucía, para pasar un rato por la noche en el paraje de las Angustias. Para hacer tiempo bajó por la bajada de las Angustias: “¡Vaya noche hace!” decía para si mismo Pedro.

leyendas de cuenca 1

A la Altura del Convento de los Descalzos, Pedro observó, en absoluto silencio, los peñascos que tantas veces había visto, pero hoy le parecían distintos y no sabía por qué. De repente, cuando se acercaba a la plazoleta de las Angustias, empezó a oir un rumor, como de lloros y suspiros…Pedro se acercó a averiguar quien había cerca de la fuente, y tras unas piedras observó que no había nadie; ya no se escuchaba nada más que el rumor del correr del agua de esta bonita fuente.

Pedro se disponía a subir para recoger a Lucía, pero, de pronto, volvío a oir los suspiros y los lloros, esta vez con más intensidad…El jovén se acercó un poco más para ver quienes eran los “aguafiestas” que habían venido a llorar y a quejarse al lado de la fuente, donde pensaba pasar un rato esa noche con Lucía: “Ya se podían ir a su casa”, pensó.

Eso que veo no son personas…

Pedró quiso acercarse más a ver quienes eran los que suspiraban y lloraban y un escalofrío de miedo recorrío su cuerpo; se dió cuenta que eran unas siluetas confusas, como si estuvieran mezcladas entre ellas, que iban a la fuente, se detenían ante ella, y bebían agua entre suspiros y sollozos, para después desplazarse a la placeta de las Angustias sin dejar de suspirar y pronunciando palabras que no llego a entender Pedro.

iglesias de cuenca

El joven salió despavorido hacia la cuesta que subía a la calle Pilares (creo que tiene el record de la subida todavía) y allí se encontró con Lucía que vió a Pedro con la cara más blanca que la leche. -¿Qué te pasa Pedro? ¡Que mala cara traes! -¡He visto cosas raras allí abajo…! -Pero, ¿Qué has visto?, preguntó Lucía. -¡Una procesión de fantasmas que iban hacía la fuente entre suspiros y llantos! -¡No se que has tomado Pedro! ¡Eso no puede ser! Dijo Lucía. ¡Que si! ¡Que lo he visto! ¡Te lo juro!

La cosa no quedó aquí…

Pasaron los días, pero Pedro no se podía quitar de la cabeza lo que vió noches atrás. Por eso le dijo a Lucia: -Tenemos que salir de esta incertidumbre y saber lo que pasó el otro día, le dijo Andrés Lucia. -¿Y que hacemos para averiguarlo? -¡Se lo voy a decir a unos amigos para que bajen conmigo a la explanada y ver que pasa! -¿Y si no pasa nada? ¡Creeran que estás Loco Pedro! -Prefiero que piensen que estoy loco a volverme loco…

la leyenda de la fuente de los suspiros en cuenca

Así que Pedro llamó a unos amigos, les contó lo que presenció unos días antes en la explanada de las Ermita de la Virgen de las Angustias y quedaron a las doce de la noche, después de la novena de las ánimas, en la Plaza Mayor de Cuenca para bajar a la explanada y ver que pasaba.

Una “procesión” muy peculiar

Sonaban las 12 en el reloj de la Torre de Mangana y Pedro, Lucía y sus amigos bajaron a la explanada de la ermita y se resguardaron en unas rocas donde podían ver todo y ellos no ser vistos. Estaban nerviosos y con miedo.

Sonaron las doce y media en Mangana y con el sonido de la última campanada, desde la subida del Júcar y con paso lento comenzó a verse una siluetas de gente que se acercaban.

Nuestros protagonistas se aproximaron y  temblorosos empezaron a oir unas voces de ultratumba diciendo: “Perdón, Piedad, Misericordia”. Estas personas avanzaban hasta la fuente, donde se detuvieron, allí empezaron a gritar más fuerte: “¡PERDÓN, PIEDAD, MISERICORDIA!”.

paisajes de cuenca

Pedro, Lucía y sus amigos, estaban petrificados del miedo, y más aun cuando apreciaron que esos hombres y mujeres que gritaban desesperados e intentaban beber agua de la fuente no eran personas, sino más bien espectros.

Algunas de estas forman caminaban cojeando, otros se les veía que tenían que ser ayudados por otras formas fantasmagóricas para llegar a la fuente, y estar un rato haciendo el ademán de beber agua de la fuente de la explanada de la ermita.

De repente, esta “santa compaña” volvió a caminar hacia el camino del río Júcar y desaparecer por donde vinieron. Las campanas de Mangana daban la una de la Madrugada.

Perdón permanente

Al día siguiente, la noticia de los espectros de la fuente de la ermita de la Virgen de las Angustias, corrío como la polvora en Cuenca. Unos creyeron a Pedro, Lucía y sus amigos, otros dijeron que el Resolí hace muchos estragos por la noche.

naturaleza cuenca

Lucía quiso pensar que los espectros que vieron eran las almas de los condenados a muerte por despeñamiento en ese paraje, que no habían encontrado todavía el perdón eterno y que el motivo de beber agua era para calmar su sed de culpa.

Lucía y sus amigos pagaron varías novenas en favor de las almas de estos reos en la ermita de la Virgen de las Angustias. A partir de ahí, ya no se volvierón a ver a los espectros nunca más por el paraje.

¿Os ha gustado? ¡Espero que si!

El entorno de la Ermita de la Virgen de las Angustias: Uno de los rincones con encanto de Cuenca

ermita de la Virgen de las Angustias de Cuenca

Aparte de ser un entorno donde transcurren muchas leyendas de Cuenca, la ermita de la Virgen de las Angustias y sus alrededores es un de los lugares más bellos y con más encanto del casco antiguo de Cuenca.

La mezcla de la naturaleza de la hoz del río Júcar, mezclado con las rocas, la ermita, el antiguo convento y el entorno silencioso, hacen que sea de visita obligada si vienes a Cuenca de turismo. Ya te hemos hablado de la ermita de la Virgen de las Angustias de Cuenca en otra de las entradas del blog.

Espero que visitéis este paraje de leyenda.

 

(Esta historia está basada en el libro de María Luisa Vallejo “Leyendas Conquenses”)
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